Desde "La aventura", Monica Vitti persigue la creación de un tipo femenino que no acaba de cuajar en ninguna mentalidad de la mujer moderna. Ese film de Antonioni -incomprendido en el momento de la presentación y hoy una obra clave para la comprensión del cine contemporáneo analizaba el comportamiento de la pareja actual, al menos de la pareja que vive condicionada por los supuestos morales e ideológicos acuñados a lo largo de los siglos por los grupos sociales dominantes. "La aventura" daba pie para que algunos critico empezasen a hablar de la incomunicación como esencial característica de la temática de Antonioni. Y Monica Vitti fue entronizada como musa de la incomunicación, lo que no impedía que siguiera suministrando materia literario al gran realizador.
En "La noche", "El eclipse" y "El desierto rojo". Antonioni proseguía su discurso en torno a esa dificultad para realizar una plena relación humana: y Monica seguía siendo la mujer difícil atormentada por sus deseos y la imposibilidad de satisfacerlos de una forma duradera. Si bien era verdad que el personaje respondía a una determinada mentalidad social que Antonioni ponía lucidamente en evidencia, el tipo femenino, su representación por la Vitti no encontró una prolongación en la vida real.
La mujer de los años 60´s aprendió a desencarnarse de esos mitos burgueses que le atenazaban y aprendió a entablar su vida de relación con una mayor espontaneidad y sinceridad. El propio Antonioni, al realizar su siguiente film -Bow Up- prescindió de la Vitti y encomendó el principal papel femenino a una modelo que respondía a esa nueva aspiración de independencia y libertad.
Monica, sin Antonioni, rueda ahora bajo la dirección de Pscual Festa Campanille, un joven director Italiano también preocupado por el problema de las relaciones humanas. La película se titula "El cinturón de castidad" y se ambienta en la edad media, época en la que, como es sabido, funcionaba ese procedimiento para garantizar la honestidad conyugal de la esposa en ausencia del marido.
Las escenas que muestran las fotos de nuestro reportaje corresponden a uno de los momentos del film. El marido, interpretado por Tony Curtis, coloca a su mujer sobre una rueda que gira: es una especie de ruleta amorosa; los caballeros se colocan en círculos frente al aparato. Cuando la rueda cese de girar, la mujer sera entregada al hombre frente al cual se haya detenido su cabeza...
Con toda seguridad, el film aprovechara esta parábola para meditar sobre las relaciones sentimentales en nuestro tiempo. No deja de se curioso que algunas de las costumbres de Antaño perviven aun bajo ciertos aspectos modificados, pero, en esencia, la inseguridad, la incertidumbre y la incomunicación en la relación sentimental continúan preocupando ahora como hace ocho u nueve siglos.
Nota publicada en la revista Triunfo. Año XXI, n.249 11 de Marzo de 1967
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